viernes, 12 de abril de 2013

Creatividad.


Siempre se tumbaba en el césped a la misma hora, justo después de que los aspersores se silenciaran, estando la hierba mojada. Le encantaba esa sensación. Cerraba los ojos e imaginaba que soñaba, ya que, Elia, nunca se acordaba de lo que sucedía en sus sueños. Todos los días, al despertar, se preguntaba qué podría haber soñado esa noche. Al no recibir respuesta, bajaba a la calle, aún cuando el sol no gobernaba la ciudad, se dirigía al parque de enfrente de su casa y se tumbaba en el césped. Ahí esperaba a la creatividad. Pero nunca llegaba, se imaginaba a él soñando, pero aún así no sabía qué soñaba en su imaginación, era incapaz de crear algo que no existiese.
-Siempre le veo en el césped ¿Es que no trabaja? -Le dijo una niña a Elia un día.
-Pinto cuadros -Contestó mientras se incorporaba.
-¿Que pinta?
-Puedo plasmar en un lienzo cualquier cosa que vea por la calle, exactamente igual -Trató de impresionar a la niña.
-¿Y para qué pinta lo que puede ver todos los días? -Desde ese día, Elia siempre sueña. 

Me ha costado y no me ha gustado, a mi si que me falta creatividad. Suerte !

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