Siempre me cuesta captar
tu atención, te tienen absorbido los canales de la televisión. Todo
tu interés, aunque sea poco, está centrado en esa caja que emite
luces. Yo mezo mi silla mientras hago bolas de papel con el que ya no
me sirve, anteriormente te habrías preocupado y me advertirías
sobre mi seguridad si continuaba meciéndome de esa forma. ¿Ya no me
quieres que no te preocupa? ¿Que ángel has visto en esas imágenes
que te tiene tan cautivado? Te lanzo una bola de papel.
- Echo de menos la nieve.
- No recibo respuesta, ni un gesto. Vuelvo a intentarlo – El frío,
arroparse junto a otro, el café humeante...
El volumen y los sonidos
de la televisión llenan la habitación. Con el lápiz desgasto la
punta en otro folio, ya no tengo ganas de continuar y sigo
meciéndome haciendo bolas de papel. Ésta va derecha a la papelera.
Canasta.
- También echo de menos
el verano.- Nieve, escribo en un folio. Y lo comprimo, pensando en
que absorbería el material el significado escrito.- Las tardes en la
playa y el jugar con la voz y el ventilador.
Lanzo la bola de nieve
contra la televisión. Continúo jugando con las patas de la silla,
arriesgando cada vez mas, “El que no arriesga no gana” me dijiste
al conocernos. ¿Donde quedó el riesgo?
- Yo echo de menos muchas
cosas – Me miras y sonríes. Tú mirada, esa mirada. - Pero ahora
me he dado cuenta de que es mentira. Cuidado, te caerás. -Sabía que
no me fallarías.