martes, 14 de mayo de 2013

Simple.


Un soplo. Fue exactamente como contaban las canciones de la radio, fue así, tan simple y tan cierto. Le conoció y su vida se aceleró al mismo tiempo que se pausó en un instante perpetuo, para reanudarse como un parpadeo, ahora, ya sin él. Al desaparecer de su lado fue cuando abrió los ojos y contempló su alrededor, se dio cuenta de todo lo que había pasado mientras ella vivía, o soñaba, quien sabe. Por que fue como eso, un profundo sueño del cual al despertar no sabes exactamente cuanto tiempo ha pasado. 
Se quisieron tanto que ni se hicieron fotos, se quisieron tanto que no pensaron en el futuro ni en el pasado. Ahora ella no podía recordar los momentos, como se imaginaba de pequeña, mirando con paciencia las páginas del álbum. Pero no le hacía falta, se quisieron tanto que ahora él vivía en los aromas, en el tacto, en los sonidos y en los recuerdos que no se borrarían. Se quisieron tanto que no hay un día en que no llore al recordarlo, ni sonría al añorarlo.

¿Qué sería yo sin las cursiladas? Gracias a un tweet y una palabra.

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