domingo, 5 de mayo de 2013

En busca de compañero de piso.

Si hay algo en esta vida que no me gusta nada es hablar por teléfono. Yo soy de esas personas que responden con un "Sí", "Vale", "Ajá" y "Hasta luego". Pero si hay algo que me gusta menos es hablar por teléfono con un desconocido, y algo peor aún es que no paren de llamarte por teléfono desconocidos durante "x" días. Conclusión, he decidido odiar tener que buscar un compañero de piso.
Cuando vine a Barcelona éramos tres, decididos a buscar un piso para los tres, uno se encargaba de llamar  a las casas y gestionar casi todo, obviamente yo no era, por las razones planteadas al principio del post. No hubo mucho problema, pero ahora que tengo un ex-compañero de piso me ha tocado buscar un compañero nuevo, y lo digo en singular por que mi otra compañera no estaba, digamos, disponible para hacerlo. Ha sido una de las semanas más tortuosas de este año, poner los anuncios por internet y recibir llamadas cada dos por tres. Horrible. Aún así no he superado mi odio al teléfono, creo que ha aumentado. 
Lo que si que me ha quedado claro es que existe verdaderamente gente rara, rara de cojones, en básicamente tres días se han paseado por mi casa todo tipo de personajes, de todas las nacionalidades. También he descubierto que alguien me puede enamorar sólo escuchando su voz, aunque luego el cabrón no aparezca. Y a lo que si que doy gracias ahora es a las nuevas tecnologías, ya que gracias a Buda algunas personas me contactaban por guasap, y me libraban del terror de tener que socializar con alguien de forma oral, laformaoralaburrida. Podría realizar una clasificación en 4 tipos de personas que buscan una habitación, que son los siguientes:
1.- Los fantasmas: Estos individuos parecen totalmente normales, pero son los peores, hablan contigo, determinan una hora y un día, como todos los demás y luego no aparecen. Te dejan esperando a ver si llegan y no vuelven a dar ningún tipo de señal de vida, ni si quiera por guasap, ni te dicen que no van, que llegan tarde o que se les ha muerto el canario. Desaparecen. Dentro de esta tipología podríamos incluir los llamados "Te prometo el sol pero luego te doy una bombilla". Estos pueden estar dentro de cualquier otra tipología, aparecen en el lugar indicado y ven el piso, te dicen que les ha gustado mucho, que están encantados, y que al día siguiente te llamarán por "x" motivos, ya sea por un "Tengo que pensarlo", "He quedado con otros pisos" "Mi madre está de parto" y luego, desaparecen. Ambos se resumirían con un: maleducados.
2.- Los que echan un vistazo: Estos son los más cómodos, aunque creo que al final son los menos prácticos. El nombre les viene que ni pintado, es así, literal, echan un "vistazo". Llegan y en menos de cinco minutos ya se han ido, son como yo al teléfono: "Hola¿Qué tal?, "¿La cocina?", "¿El baño?", "La habitación?", "Vale, adiós, ya te llamaré". No hacen preguntas, no hacen ningún tipo de socialización, viene con un objetivo claro, lo realizan y se van. Te sientes incluso sucio y utilizado.
3.- Los que te venden al hijo: Esta tercera tipología normalmente no contacta contigo por teléfono, lo hace por mail o por guasap. Son gente que normalmente no está en la ciudad, y quieren alquilar el piso sin ni siquiera verlo, y van a hacer lo que sea por que les des la habitación. Te ofrecen pagarlo ya, pagar un poco más, limpieza extra, hacerte favores,  ¡lo que sea! A mi generalmente, eso no me inspira ninguna confianza.
4.- Los que alcanzan el nirvana: Este último tipo se caracteriza por llegar a un nivel de éxtasis al ver el piso. Realizarán una serie de elogios hacia la vivienda y hacia tu persona, y su frase más empleada es "Es lo mejor que he visto hasta ahora" o "¿Cómo habéis conseguido este piso?". Y a esta última tipología pertenecen mis nuevos compañeros de piso, si, en plural por que son una pareja de italianos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario